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1991, Blur comenzaban su carrera como grupo en largo de la mano de la discográfica independiente Food Records en la que EMI ya había invertido un porcentaje (hasta 1994 no se hace con la totalidad de la empresa) y bajo la que publicarían casi toda su discografía.

El álbum sale a la calle el 26 de agosto de 1991, casi un año más tarde del lanzamiento de ‘She’s So High’, su primer single que no tuvo un gran éxito (puesto 48 de la lista británica) pero sí anticipaba a unos primerizos londinenses que se habían cambiado el nombre de Seymour a Blur por consejo de su discográfica, ya que el primero no era demasiado comercial.

Estos cuatro chicos (Damon Albarn, Graham Coxon, Alex James, Dave Rowntree) se habían conocido en la Universidad de Londres y tocaban lo que en aquel tiempo estaba triunfando: shoegaze. Ese primer single se contagia de un género que abordaban pero sin llegar a lograr nada del otro mundo. ‘Sing’ era la cara B, producido por la propia banda, un tema shoegaze incorporando los teclados y la reiteración que cuadraría a la perfección en 1996 cuando Danny Boyle lo incluye en Trainspotting y el tema se convierte definitivamente en un himno de la banda en ese momento.

Pero en la cara A estaría su primer hit, ‘She’s So High’, producido por Steve Lovell y Steve Power, de letra anodina pero pegadiza, Blur tenían los elementos preparados para convertir el shoegaze en el pop y con ello sacarse de la manga ‘There’s No Other Way’, mirando a Madchester y a la escuela de los Happy Mondays; no obstante como productor contaron con Stephen Street (The Smiths), con quien empezarían una amistad duradera.

Ahora sí tiene su éxito buscado. ‘There’s No Other Way’ entra meses antes de publicar el LP en el Top ten británico de singles y deja todo hecho para presentar Leisure, donde repiten Stephen Street, Steve Lovell, Steve Power y se une Mike Thorne, además de la propia banda.

Esta suma de nombres se nota en el resultado final. Las mejores del álbum caen del lado de Street. Suyas son la ya comentada, a la que se unen ‘Bang’, donde vuelven los Happy Mondays y se ve a los Blur del Britpop, ‘Slow Down’, ‘Bad Day’, ‘High Cool’, ‘Repetition’ y ‘Come Together’, las dos más flojas de todas.

Por su parte, Mike Thorne deja las peores del álbum: ‘Fool’, ‘Birthday’ y ‘Wear Me Down’, con un corte más shoegaze que las anteriores. Todo esto daba forma a un álbum con grandes momentos y con otros temas más corrientes, que si bien dejaban preveer que estábamos ante una banda con madera para triunfar, había bastante por pulir, en especial no volver a contar con Thorne como productor; el único que no repite en Modern Life Is Rubbish (1993, Food).

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